martedì 7 agosto 2012

Rundskop (2011)


En su primer largometraje el director belga Michael M. Roskam, sitúa la acción en un pueblo en el límite  entre la frontera lingüística de Valonia y la comunidad flamenca, en concreto en la familia ganadera de Jacky Vanmarsenille. Una película que desde su comienzo se presenta en forma de thriller, pero que acabará postulándose como un film que reflexiona como nunca antes sobre la condición de qué es ser un hombre, y se vale para ello de la contundente interpretación de Matthias Schoenaerts en el papel protagonista.

Si en un principio la película parece encuadrarse en el cine más negro que pueda imaginarse, con una escena inicial sublime en la que el protagonista se aplica el mismo tratamiento hormonal que utiliza con su ganadería, el director aborda momentos de comedia entre las diferentes comunidades de este país que ostenta el récord de haber permanecido sin gobierno más tiempo que ningún otro. Hasta llegar al momento del cruce con el destino, con una tragedia que parece ya establecida.

Si el director ha escrito 22 veces su guión hasta estar conforme con su contenido, el actor principal, Matthias Schoenaerts se ha encargado de adicionar 27 kilos de puro músculo a su cuerpo serrano. Anécdota física aparte, el protagonista borda todos los estados psicológicos posibles por los que pasa su personaje, desde la más arraigada violencia hasta la más irrealizable esperanza de encontrar el amor de su niñez, logrando parecer tanto un monstruo por momentos como un adorable ser perdido y frustrado, lo que es, en realidad, en su esencia más profunda.

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