venerdì 10 agosto 2012

Lakeview Terrace (2008)

Es triste ver a un director como Neil LaBute, que alguna vez fue una muy interesante promesa indie, filmando este bodoque intragable y a un actor de la capacidad de Samuel L. Jackson (que últimamente le viene errando fiero a la elección de guiones) sostener con tanta hidalguía un personaje lamentable en todo sentido (lo que hace, lo que dice, lo que representa, lo que genera en el espectador).

Vecinos en la mira juega con sentimientos humanos muy en boga (la paranoia, la angustia existencial, el miedo, el racismo, la inseguridad, el revanchismo, la mano dura y la defensa por mano propia), pero lo hace de la peor manera, subrayando lo que no se debe y golpeando siempre demasiado bajo.

Una pareja interracial y liberal de recién casados (el rubio Patrick Wilson y la negra Kerry Washington) se muda a su paradisíaca nueva casa de Los Angeles, pero empieza a ser acosada por su vecino, un estricto oficial de policía viudo y a cargo de sus dos hijos (Samuel L. Jackson), de esos que consideran a George W. Bush casi un zurdo.

Lo que sigue es una torpe y obvia acumulación de atrocidades vulgares. No me molesta (y en muchos casos aplaudo) películas que apuestan a incomodar o incluso a perturbar a la clase media culpógena y mediocre. Pero que lo hagan con inteligencia, ironía, audacia y herramientas propias del cine. Aquí, en cambio, hay demasiado cálculo, demasiada premeditación.

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