Cinta que en la mayor parte de su metraje desarrolla intriga y terror psicológico, filme que poco a poco va intentando generar un "in crescendo" emotivo que lamentablemente no llega a funcionar, desarrollando una historia donde la obsesión y los traumas femeninos dominan el carácter de las alternativas narradas.
El filme juega a plantear una ambigüedad que a grandes rasgos resulta: está loca la madre que ha perdido a su beba y se imagina que sigue viva? O hay una temática sobrenatural que acecha a los personajes?
El enigma de a ratos es atrapante, pero ya llegando al desenlace nos vamos dando cuenta de que la historia no prospera tanto a nivel conceptual y por ende termina siendo redundante y cansadora ante la falta de sorpresas y vueltas de tuerca.
Para colmo de males, el remate del final no es lo suficientemente llamativo, y ni por asomo satisface las expectativas puestas en ese desenlace que uno espera con impaciencia para ver qué es lo que realmente sucede detrás de lo que nos dejan ver en el conflicto argumental.
Desde las actuaciones tenemos el protagonismo casi exclusivo de la californiana Jordan Ladd, quien además de ser una bella actriz logra demostrar capacidad para convencer a la platea con su composición artística, dando vida a esa madre que enloquece y que decide alimentar a su beba con una antinatural y aberrante alimentación sanguinolenta. Además, y si bien es un filme independiente sin demasiados recursos económicos, exhibe una cuidada presentación estética tanto desde la fotografía e iluminación como desde la imagen en general.
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