giovedì 11 ottobre 2012

El método (2005)


Lo malo es que esta peli tiene tres problemas. El primero es que la resolución de la pelea final entre Noriega y su oponente no resulta clara ni demasiado creíble, lo que resta fuerza al desenlace. El segundo se refiere a ese elemento externo que supone la manifestación desarrollada en la calle mientras se lleva a cabo el proceso de selección. Aquí el director no se resiste a dar el toque político, lo que no sería criticable si no fuera un toque político naif, previsible, facilón y bien intencionado. Ya se sabe que de las buenas intenciones sólo sale mala literatura (o mal cine), y en este caso el afán por darle al tema un toque ideológico hace que se tambalee todo el edificio desde el comienzo. Sobre todo porque es este afán el que lleva al director a destrozar la idea original con el fin de llevar la historia por donde a él le interesa.

Y es que el mayor pecado de esta película es que secuestra una de las mejores obras de teatro escritas en los últimos tiempos, una comedia prodigiosa y prácticamente perfecta, y la mutila con ensañamiento. La cuestión es: si nos encontramos ante una historia en la que unos seres manipulan a otros para conseguir que se eliminen entre ellos, ¿es esto representativo de la lógica actual del mundo de los recursos humanos en la empresa capitalista? En la medida que implica abducir a sus trabajadores en su absurda cultura empresarial, sí, però en la medida que se pretenden descubrir talentos, habilidades y competencias de liderazgos, no, porque no es sobre la lógica del engaño y la manipulación que la gestión de personas propugna su efectividad sino de otros criterios, pueriles, ciertamente -motivación, apetura, etc etc-, pero no coincidentes con los de la película.

Por lo tanto, tenemos un producto resultón, en algunos momentos bien interpretado, pero débilmente dirigido, débilmente construido y bastante tramposo, cuyo parecido con el mundo real y las lógicas que lo mueven es... pura coincidencia, pues aunque estan los elementos, no están ni mucho menos bien puestos.




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