domenica 7 ottobre 2012

Gosford Park (2001)



Robert Altman dirige a un reparto encomiable en una mansión en la que se reúnen las altas esferas de la sociedad de los años treinta junto con su personal de servicio, donde se cometerá un crimen, haciendo que todos pasen ser sospechosos.
Presenta las diferentes clases sociales de la época, las relaciones existentes entre las mismas y los entresijos de una sociedad de intereses y traiciones, en las que todo queda protegido bajo la manta de la hipocresía.
Todo el reparto está excepcional y dentro del amplio número de personajes que se dan cita, destaca de forma sobresaliente, que queden patentes los deseos, aspiraciones y secretos de todos ellos, logrando no desviar la atención del eje central de la trama.




Altman reúne a todos los invitados en su mansión de misterio, echa la llave y deja que se destapen las esencias de la codicia, la envidia, la traición y la venganza.
Descubrir al asesino requiere tener conocimientos de la personalidad de los diferentes invitados y anticiparse al siguiente movimiento.
La dirección artística, la fotografía, el vestuario, esta todo tan brillante, que parece mandado a hacer. La música y la vista desde la mansión son verdaderamente inglesas desde donde se las mire.




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