venerdì 21 febbraio 2014

Roger & Me (1989)




El desconocimiento de la realidad de la época y del lugar impiden analizar hasta qué punto el documental está influido por un componente tendencioso, hasta qué punto se pueden relacionar directamente los despidos con el deterioro de la zona. En cualquier caso, la presencia de Michael Moore resulta necesaria para reparar en la falta de respuestas.
Denuncia laboral aparte, lo realmente fascinante de este documental es el retrato humano; la capacidad para desbrozar la decadencia, exhibir lo siniestro del lugar y lo ridículo de los discursos.




En algún punto entre lo grotesco y lo funesto está esa estampa de la ciudad de Flint. Lo más tétrico, sombrío y también cómico. Es la esencia propia de una ciudad levantada alrededor de fábricas de coches, alimentada de aceites y bujías. Y en ella desfilan los residuos humanos que genera la podredumbre estadounidense: el desahuciador, la mujer de los conejos, las viejas jugando al golf, la mujer trastornada por los colores otoñales, los famosos de postín, el show de la cárcel, el gobernador desfilando, las ratas, Ronald Reagan y las pizzas, el tío de la capa… en fin: la humanidad en derribos.




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