giovedì 20 settembre 2012

Katyn (2007)



El veterano Andrzej Wajda se involucra en este proyecto de una manera muy personal; su padre fue uno de los oficiales polacos asesinados. El director contribuye a recuperar la memoria histórica del terrible suceso, del que Stalin trató de ocultar, inútilmente, el protagonismo soviético, atribuyéndoselo a los nazis.


La película, candidata al Oscar a la mejor película extranjera, tiene la virtude de narrar los hechos esenciales, y nos entrega una importante lección de historia. Un matizado cuadro de personajes que quiere reflejar el variopinto panorama social, por trasmitir toda la verdad de lo ocurrido en esos años.
Las interpretaciones gozan de intensidad dramática y sentida expresividad, mientras que la fotografía y demás elementos de atrezzo nos llevan al horror de una guerra, con algunas escenas crudas y espeluznantes en su parte final, como lo fue una realidad que no debe ser de nuevo silenciada.


Esa es la mirada de Wajda, un cineasta de primer categoría, capaz de mirar sin ira a la verdad, de perdonar sin callar, para encontrar así la libertad.




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