martedì 19 marzo 2013

El infierno (2010)




La obra de Luis Estrada juega a ser controvertida. Se mete con todo en pleno bicentenario de la independencia de México. Sus intenciones son loables, pero insuficientes. Lanzar la piedra y esconder la mano no suele ser el mejor método para conseguir las cosas por mucho que tu película oculte sus lagunas con ciertas escenas de impacto, en las que puede intuirse verdaderamente a un director capaz de hacer algo especial. También juegan en contra de "El infierno" las expectativas, estando ésta considerada desde su estreno como "la mejor película mexicana desde Amores Perros". Patochadas. En aquella obra, Iñarritu/Arriaga construían varias vidas y les daban entidad, criticaban al sistema a través de personajes creíbles, palpables.

"El infierno" es difícil de creer no por culpa de Damián Alcázar, que hace todo lo que puede, y más, con su esquemático personaje. Sino por la escritura y el desarrollo del mismo. Todo está narrado al doble de velocidad de lo que debería, hay demasiado margen para la casualidad y al final se cae en el exceso por el exceso. Estrada no ha hecho una mala película, no nos entendamos mal; es un filme correcto, bien realizado, que no aburre. Pero que no por sus intenciones hay que perdonarle sus irregularidades, que las tiene y son bastante evidentes. ¿A destacar? Las secuencias de los interrogatorios/torturas, bien llevadas a cabo. Por lo demás, un trabajo que se respeta, que empieza mucho mejor de lo que continua, aunque hacia el final remonta un poco el vuelo y vuelve a echarse a perder debido a sus excesos. No es esa gran película que todos aclaman, pero en cierto modo entiendo el revuelo que ha causado. El tiempo es el juez más justo; y con “El infierno” no hará falta esperar mucho para salir de dudas.




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