venerdì 27 dicembre 2013

Dogville (2003)





Técnicamente, es una obra tremendamente distinta a lo ofrecido habitualmente, su puesta en escena es muy novedosa, y destacan el manejo y movimiento de la cámara, que vuelve a ser la señal más representativa del danés y la iluminación, que es también uno de sus puntos fuertes. Debo decir, que quedé gratamente sorprendido por la inusual apariencia de este pueblo, y es ahí donde reside una de las grandes bazas de Dogville.
Es una historia que aborda la condición humana, desde un punto de vista escéptico, bárbaro y atroz.

Esta producción cuenta con un elenco internacional y de postín; en el que encontramos a: Nicole Kidman, Lauren Bacall, James Caan, o Ben Gazzara. Me parece que cumplen sin más, y en el que destaco a Paul Bettany, que consigue su mejor papel, concibiendo a un joven, contradictorio, resentido, farsante y vengativo.
Pero, aún teniendo todo lo expuesto anteriormente a favor, me sigue pareciendo un intento presuntuoso de crear algo complejo, misterioso y excepcional, pero que a mi modo de ver, sólo se queda en eso, en un intento.

El metraje es excesivo, llegando a provocar que algunas partes se hagan pesadas, y que decaiga el interés, el final sin dejar de resultar sorprendente, es la parte más floja, y en donde aflora toda esa prepotencia anteriormente mencionada.
Sencillamente, como el propio título de la crítica indica, tiene tanto de original, como de pretenciosa. Me quedo con la sencillez de Bailar en la oscuridad, antes que con esta atrevida creación.




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