Uno de los filmes supuestamente concienciados con los conflictos y discriminaciones que se sufren en países tercermundistas, que se viene a unir a otros más virtuosos como Hotel Rwanda o Diamante de sangre, solo que la dirección anodina de Tom Hooper nos hace creer que estamos viendo un típico telefilme de sobremesa, dada la poca garra visual y lo plano de su argumento. Sólo la pareja protagonista, la dos veces ganadora del Óscar Hilary Swank y Chiwetel Ejiofor (Hijos de los hombres), ambos con piloto automático, por debajo de sus posibilidades, consiguen que esta Tierra de sangre no naufrague del todo y resulte mínimamente interesante, al menos por lo que cuenta.
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