lunedì 14 ottobre 2013

Kynodontas (2009)





Giorgos Lanthimos nos muestra, de manera sorprendente y no exenta de un humor mordaz, como unos padres, que se niegan a que sus hijos reciban ninguna clase de influencia del exterior, manipulan su vida mediante la manipulación del lenguaje. Cambiando a su antojo el significado de las palabras, consiguen aislar más aún a sus hijos mermando su capacidad de comunicación con otros seres humanos. El resultado son unas escenas hilarantes que, al mismo tiempo, te producen estupor y cierta claustrofobia por lo que implican.

Al eliminar de la vida de los adolescentes la influencia de los otros dos grandes agentes de socialización, la escuela y el grupo de pares, queda en manos de la familia, tercer agente, la educación de los menores. Así esos padres irresponsables, decididos a ser la única referencia de comportamiento y fuente de información para sus descendientes, montan un sistema de normas y valores que los adolescentes no pueden cuestionarse porque carecen de referencias para comparar. Los padres deciden la diversión, la comida, el castigo…




La de Lanthimos es una propuesta sensiblemente alejada del canon hollywoodiense que, entre otras virtudes notables, invita a la reflexión a través del cuestionamiento de las convenciones sociales. La película elabora una durísima crítica a la educación paterna, aplicable, sin duda, al Estado o a cualquier otro ente de poder. Para ello, recurre a un audaz tratamiento de su (ya de por sí) audaz temática. El humor negro que despliega dota a la obra de una talentosa complejidad y consigue arrancar en el espectador sonrisas de muy distinta índole: malévolas, avergonzadas, absortas.




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