domenica 25 novembre 2012

Eden Lake (2008)



“Eden Lake” constituye una espléndida oportunidad para aparcar las gafas de pasta y limitarse a disfrutar de una típica y tópica peli de terror con malo-malísimo, persecuciones en el bosque y generosas dosis de hemoglobina. Pero aunque “Eden Lake” cumple el expediente en lo que a cuota de angustia y casquería se refiere, buscarle algo más a la peli de Watkins es una tarea francamente inútil.


Más que nada porque se trata, en efecto, de un bodriete. Un bodriete con un guión trillado a más no poder que, más que aspirar a aterrorizarnos, se conforma con horrorizarnos. Y digo horrorizarnos porque, si lo pensamos fríamente, la diabólica mente del chico malo de la peli (un chaval de dieciséis años) no debe diferir demasiado de la de esos malditos bastardos que -día sí, dia también- aparecen en los medios de comunicación por haber violado, torturado, mutilado, asesinado y quemado a alguna cándida niña que se les cruzó por el camino.


 Adolescentes que dejan a los ‘chicos malos’ de mi generación como hermanitas de la caridad y cuyas macabras actividades grabadas a través del móvil van camino de convertir las historias para no dormir de toda la vida en cuentos de hadas para niños y niñas de todas las edades. Y si no, tiempo al tiempo.




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