venerdì 14 marzo 2014

Le diable probablement (1977)






“Si me suicidara no creo que fuera condenado por no comprender lo incomprensible”

Esta frase (y en cierta medida la conversación de autobús que da título a la película) resume la esencia, el corazón, de esta historia a medio camino entre el cine existencial y el cine político-revolucionario, todo rehogado por un chorro grotesco e impactante. El diablo probablemente (título precioso, por cierto) tiene así, una alma que es a la vez marxista y nihilista. Pero no es oro todo lo que reluce, y al fin y al cabo, han pasado casi 10 años desde Mayo del 68. Y Paris ya no es ese barrio con acordeón (como diría Sabina), y la revolución es tan utópica que los gritos a pleno pulmón desde las barricadas han dado paso a susurros ahogados por conversaciones de hombres de negocios.

Nietzsche ha ganado la partida. Charles no quiere hacer nada con su vida. Es más listo que la mayoría, más inteligente, tiene más personalidad, es más astuto, más cruel, más egocéntrico y más tramposo. Pero el mundo le produce tal sensación de repulsión, que ante el asco y la codicia reinantes la única respuesta posible es la inactividad total. En el momento en que muevas un solo dedo solo estarás ayudando a que el sistema (injusto y repugnante) se perpetúe en el espacio-tiempo.

Rechaza así, cualquier posibilidad de cambio, bien por medio de la revolución social, bien a través de las transformaciones políticas. El cambio es imposible, cualquier tipo de cambio no será más que un espejismo construido por el propio sistema para engañar a unas masas movidas por el diablo, probablemente.




Nessun commento:

Posta un commento