sabato 22 dicembre 2012

La cena (1998)



Scola trata de contarnos la vida misma, sus alegrías, peculiaridades, y sinsabores propios de las relaciones interpersonales.
Lo extraño y novedoso es que no se centra en una historia particular, sino en muchas al mismo tiempo, por lo tanto se ve obligado a repartir protagonismo entre varios personajes.
La vida misma se va resumiendo en cada mesa del restaurante en que se desarrolla la historia y en donde tienen cabida todo tipo de variados personajes.
Al filme se le encuentra la virtud de exponer todo tipo de situaciones, ya que cada historia tiene un nivel de profundidad muy distinta al de la otra. Y en esta suerte de zapping entre mesa y mesa que muy bien maneja desde la dirección Scola, surgen temáticas muy diversas.


El problema reside en que al centrar la narración en varios focos de atención, se pierde profundidad y la idea central se disipa ostensiblemente.
Es muy difícil salir con ideas definidas del visionado, ya que nos adentramos en muchos relatos distintos, heterogéneos que si bien van dando un colorido especial desde el entretenimiento, hace decaer la posibilidad de extraer conclusiones potables de cada una de ellas al no haber un nexo conector que lleve generalizar un discurso explícito.


Querer analizar "entrando" en cada subtrama, sería ahondar en detalles que nada aportarían al gran espectro de variantes que el filme arroja. Scola utiliza como recurso al ser humano mismo, lo expone y detalla en la medida de las posibilidades que el número de situaciones le da.
En definitivas, Scola peca de querer abarcar mucho y como resultado no profundiza en nada concreto. Sólo toca tangencialmente peculiaridades de vida muy a la ligera y sin el sustrato de fondo necesario para lograr la identificación de un sentido general dentro del filme.




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